Una de las estaciones más espectaculares de la red de metro aguarda más de una sorpresa en su interior a 20 metros de profundidad
- 20 Personas / Grupo
- Visita 30 min
- Metro Sarriko
En 1988 se organizó un concurso de arquitectura restringido para el diseño de la red de nuevo metro de Bilbao y su imagen gráfica y señalética. Se eligieron los siguientes despachos de arquitectura: José Erbina, Rufino Basañez, Fernado Olabarria, Javier Sáenz de Oiza, Santiago Calatrava, Vittorio Gregotti, Architektengruppe U-Bahn y Norman Foster. El ganador de dicho concurso, por amplio consenso fue Norman Foster.
Su propuesta era la más sencilla pero a la vez potente. Destacó por su claridad tanto en forma, como en concepto y materiales. Formalmente, se proponía respetar la forma de la caverna a la hora de diseñar las estaciones aprovechando al máximo las características estructurales de un túnel. El esquema de los materiales utilizados también seguía la misma línea de simplicidad, todo el proyecto se resuelve con hormigón, acero y cristal. El hormigón se utiliza para revestir las cavernas con modulos pefabricados, dando a todo el conjunto una imagen unitaria a la vez que transmite una sensación de robustez y elegancia. El acero se utiliza en elementos estructurales, siendo el máximo exponente los tirantes que cuelgan del techo de las estaciones y que sustentan las pasarelas que sirven para distribuir a los pasajeros en los andenes. Por último, el vidrio es utilizado en superficie como elemento liviano y traslucido, como material principal en la superficie, en contacto con la calle. Gracias al vidrio se consigue que los “fosteritos” tengan una presencia mínima durante el día y por la noche, gracias a una excelente iluminación, cobre protagonismo en las calles bilbaínas.
La parte gráfica corrió a cargo del prestigioso diseñador Otl Aicher, famoso por haber realizado la imagen gráfica de los juegos Olímpicos de Múnich 1972 y haber conseguido crear un conjunto de pictogramas capaces de transmitir la idea de cada deporte olímpico a los atletas venidos de todos los lugares del mundo. Consiguió crear un lenguaje universal mediante la señalética. Dicho ejercicio de sintaxis y sencillez es también perceptible en el logo de metro Bilbao que consiste en una figura abstracta que representa los túneles y de las ruedas en movimiento. El proyecto ha sido galardonado con múltiples premios entre los que destaca el premio Brunel a la arquitectura ferroviaria (1998) siendo galardonado el conjunto del metro y la estación de Sarriko en particular.