A principios del siglo XX, muchos vecinos de Bilbao subían al monte Artxanda como lugar de ocio y entretenimiento junto con una oferta variada gastronómica. A raíz de ahí en 1915 se aprobó el proyecto de Evaristo San Martin y Garaz para construir el funicular que unía la ciudad con el monte.

El funicular tiene un recorrido de 770m, comunicando la ciudad con Artxanda, donde se puede disfrutar de una panorámica de toda la ciudad en 3 minutos.

Para construir esta línea se utilizaron los servicios de una empresa suiza experta del sector. Las carrocerías de los dos turismos se construyeron por la empresa Mariano de Corral, cuyos talleres están situados a pocos metros del funicular.

En la actualidad el funicular se encuentra embarcado en un proyecto de modernización ambicioso para fomentar la sostenibilidad.