Frente a tanta virtualidad y tanta tecnología, las Artes Escénicas se alzan como lo que han sido desde su origen: una celebración colectiva en vivo. Un grupo de hombres y mujeres que hablan aquí y ahora a otro grupo de mujeres y hombres. Hoy todo se mueve a una velocidad cada vez mayor y se pierde sin dejar poso ni eco.

En este Pabellón Nº 6 creen firmemente que las Artes Escénicas, en todas sus facetas, nos unen y nos retienen porque operan contra el ruido nacido para tapar el silencio, contra la velocidad que nos empuja hacia el vacío minuto siguiente.

El teatro, la danza, las poéticas del cuerpo, ensanchan el alma (nuestra capacidad de comprensión) y alimentan nuestra alegría.

Las artes escénicas solo existen en un tiempo y en un espacio determinado, son efímeras. Por eso surge con ingenuo entusiasmo esta aventura que es el chejoviano Pabellón Nº 6: un espacio vacío, un espacio por inventar, gestionado por los propios creadores y en el que se pretende que la otra columna la conformen los espectadores, y donde se quiere que los trabajos permanezcan en el tiempo y se compulsen con el público en un espacio próximo, asequible, manejable, y alejado de las servidumbres de la producción empresarial al uso.

Pabellón es también un laboratorio teatral para profesionales de Artes Escénicas. Cursos, clases magistrales, montajes y mucho más conforman la práctica habitual, con el solo afán de poder mejorar y ser conscientes de que se trata de un oficio que nunca se acaba de aprender.