El Palacio Ibaigane se construyó como residencia del industrial Ramón de la Sota y Llano y, hasta el día de hoy, ha tenido diversos usos: desde vivienda, pasando por Gobierno Militar en Vizcaya hasta convertirse en la Sede Social del Athletic Club de Bilbao. Se trata de uno de los pocos edificios exentos en Abando, una amplia finca con jardín a su alrededor y el acceso principal desde la Alameda Mazarredo.

Al igual que otros edificios residenciales de la época, el Palacio muestra el deseo de la burguesía bilbaína de finales del siglo XIX y principios del XX de enseñar su poderío económico y social. Se inspira en la arquitectura tradicional vasca, con basamento de piedra, porche de acceso, dos plantas con fachadas de piedra y una tercera de ladrillo visto.

El interior del palacio se distribuye en torno a un patio interior cubierto por un lucernario con ricos motivos. La estructura es de muros portantes y metálica, siendo esto una novedad en la época.

Tras ser adquirido por el Athletic Club de Bilbao para destinarlo a su Sede Social, ha sido rehabilitado entre los años 1987 y 1988 por el arquitecto Francisco Javier de Arístegui.